
En las últimas semanas he sido testigo de la “nueva forma de realizar política” en el patio. Por parte de quienes han surgido como la opción a ser “los nuevos representantes populares”, rumbo al proceso electoral que se definirá este 5 de junio del año en curso.
La “nueva generación” que aspira a un cargo de elección popular en Quintana Roo, ha encontrado en las redes sociales el espacio idóneo para plasmar su vida diaria. Pero, su existencia privada, sin lugar a dudas va siendo consumida por lo público. El objetivo, sin duda alguna es conseguir likes y por supuesto que más de alguno ha rebasado esa delgada línea en el afán de posicionarse en la preferencia del electorado.
En muchos de los casos tuvieron que someterse al escrutinio y a la aceptación de una sociedad que ya no advierte que es verdad y que es mentira. Porque, a esta “nueva generación” no le importa que sus vidas se hayan convertido en breves anuncios dignos de ser mirados por todos, debido a los nuevos medios y tecnologías y nada más. Ahora le queda claro, amable lector, que quienes logren ser los candidatos a una diputación, aunque sea de dos años, sabe que tendrán la oportunidad de ir allanando el camino a una presidencia municipal en cada uno de los distritos a representar.
Pero, ¿cuál es el sentido de la exhibición? de esa “nueva generación política” la cual, cree que posicionarse en la preferencia de aquellos que deciden quienes serán sus candidatos, es por el hecho de ser visto, no por una destreza o talento en particular. Tal parece que en el caso de los antes mencionados “la popularidad, como valor, ha desplazado a los antiguos valores que solían despertar la curiosidad sobre la vida de los que gozaban de alguna fama”. En Solidaridad, cada vez es más frecuente observar a esa sociedad ficticia indeseable en sí misma.
Y un medio ideal para obtener reflectores y llegado el momento dar el siguiente paso, o negociar, son las redes sociales y sus consecuencias, así de sencillo. Visto todo lo anterior, ¿usted cree que las candidaturas a diputaciones serán para quienes las merecen, o se les darán al mejor postor?
Para finalizar, es claro que no podemos alejarnos de esos apasionamientos políticos de quienes son la “nueva generación política” en este “juego de trono”, pero, cabe preguntar ¿cuál es el papel que el ciudadano local quiere? ¿Comparsa, juez o verdugo? YA BASTA de quejarnos, debemos de ser más receptivos, informarnos, leer, escuchar, acciones simples que ayudan a dejar de “alabar o criticar” a los que hoy pretender llegar a tocar la puerta de los hogares con ofertas electorales, las cuales son las mismas de cada tres años.
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