
Ha transcurrido una semana de las precampañas adelantadas de Morena, donde solo queda una escasa cosecha de propuestas o discursos políticos memorables, acompañado de infinita colección de ocurrencias. Las llamadas “corcholatas” en este tiempo han demostrado la falta de un debate de ideas. En gran medida se debe porque el método de la encuesta y las restricciones de la legislación electoral hacen que, en la precampaña que no es, se premie la popularidad y no la inteligencia.
“CON PASARELAS A MODO”
Sin duda alguna, el problema no es, únicamente, que se hayan adelantado los tiempos y que la ley electoral haya pasado a ser letra muerta. El detalle es que, esos periodos se llenarán con muy poca inteligencia y un caudal infinito de escenas que no necesariamente teníamos ganas de contemplar.
De ahí que no es extraño observar al serio Adán Augusto López de pronto muy a gusto, filmar comiendo una torta ahogada en Guadalajara, al Marcelo Ebrard, abordar un “vochito” eléctrico que le regaló su esposa, Rosalinda Bueso, para ir a visitar a la maestra que le enseñó a leer y escribir hace más de 50 años. Claudia Sheinbaum, se esfuerza en demostrar que ya aprendió a sonreír y abrazar con naturalidad. Por su parte Ricardo Monreal, crea su propio reality show y junto su familia ha decidido subirse al “ Monreality”.
A esto habria que agregarle una legislación electoral imperfecta que, por un lado, prohíbe estrictamente lo que está ocurriendo, al marcar claramente que las precampañas presidenciales deben comenzar hasta la tercera semana de noviembre, pero, por otro lado, deja abiertas rendijas para la simulación.
“LO PEOR ESTÁ POR LLEGAR”
Esa SIMULACIÓN ha llegado a los estados y Quintana Roo no es la excepción. Ya estamos viviendo esa parte, hoy vemos a quienes suspiran por ser “los UNGIDOS” de MORENA en las bailadas, las cantadas, los gallos, los caballos, mulas, burros y bicicletas; los momentos “espontáneos” en familia, los besos, abrazotes, caminatas, asoleadas; tortas, tacos, tamales, quesadillas.
Todo se deriva desde que la cúpula, en un ejercicio ahora calificado de “litúrgico”, pretendidamente ungió a un grupo de aspirantes para participar en el proceso interno por la candidatura presidencial MORENISTA. A partir de ahí, ha sido total la construcción del andamiaje para ratificar el dedazo, o al menos así parece. Con pasarelas a modo, sin más cercanía con la base que el apretón de manos a ritmo de matracas y porras, sin mayor autocrítica, las “ corcholatas de MORENA” se alejan cada vez más de la actualidad social y regresa a los rituales que tanto criticaron de su “ NÉMESIS el PRI”.
Para finalizar, estoy convencido que después de las ocurrencias por parte de las “corcholatas”, es una realidad que ni las credenciales académicas son buenas, las estadísticas y los estudios son útiles, pero a final de cuentas todo lo reducen a números. Asimismo, la gente es mucho más que cifras. Se trata de personas que requieren del compromiso y convicción social de quienes aspiran a ser sus gobernantes. Una vez más, parece que se quedarán esperando ese necesario debate sobre qué realizar posterior al lopezobradorismo.
NOS LEEMOS EN LA PRÓXIMA
@LOTECL777