
En, prácticamente todas las actividades humanas -y más en las masivas-, cuando los resultados no son los ofrecidos, se sufre un castigo: desde comentarios hasta vetos.
En política se sufre la pérdida de la confianza de los electores o los servidores públicos son separados de su cargo; en la iniciativa privada las sanciones van desde la pérdida del trabajo hasta las responsabilidades civiles. Todos aquellos que no cumplen son sancionados… menos en el futbol.
Tratado con devoción casi religiosa por algunos y señalado por otros como “lo más importante de lo menos importante” el futbol es deporte y es espectáculo; y en el caso mexicano, es un gran negocio, en los Estados Unidos.
Aún recuerdo los debates calientes que se dieron después del gran fracaso de Argentina 1978 y que continuaron en la no calificación al mundial 1982, para despejarse un poco en el México 1986, pero continuar con el tema de “los cachirules” en 1991.
“Ratones verdes”, “mentalidad de fracasados”, hasta “incapacidades morfológicas” para sobresalir en este deporte fueron revisadas y discutidas por todos los opinadores públicos -anteriores a las redes sociales-, hasta que un par de empresarios con verdadera visión de la tríada: deporte-negocio-espectáculo Francisco Ibarra y Emilio Maurer, trajeron al mejor entrenador que el futbol mexicano haya conocido EL FLACO César Luís Menotti, el argentino que le vino a cambiar la mentalidad al futbol nacional y que permitió grandes mejorías entre los futbolistas.
Gracias a él, pudieron tener lugar en la selección ídolos como Jorge Campos, Ramón Ramírez, Claudio Suárez, Luis García y Zague. Gracias a su visión del futbol muchos jugadores militan en equipos de Europa donde está el mejor futbol de clubes del mundo.
Lamentablemente, el paso de EL FLACO por México fue breve -aunque muy sustancioso-; disputas entre los directivos que lo trajeron y TELEVISA dieron por concluido, de manera anticipada, lo que pudo ser una gran historia de éxitos, ya que sentenció su llegada con esta frase: “Mi objetivo es el de toda la vida: armar un equipo protagonista y meterme dentro de los sentimientos de la gente de México. Yo vengo aquí para ser campeón del mundo, no para perder el tiempo”; no conformarse con el “quinto partido”.
La selección en manos de TELEVISA ha ido de tumbo en tumbo; si bien es cierto que el nivel creció, ya que en fuerzas inferiores y olímpicos se han dado grandes logros, lo cierto es que no se ha consolidado un esfuerzo constante y permanente siguiendo la filosofía de Menotti.
Ahora y como siempre, para TELEVISA el futbol es un negocio muy cercano al espíritu del Mercader de Venecia -tropicalizado-: llevar equipos “grandes” y a la selección nacional a los Estados Unidos para jugar partidos “moleros” (TUCA dixit) y sacar todos los dólares que permita la nostalgia de nuestros paisanos avecindados en esos lares.
Si te gusta el futbol deberás recordar el 2022 como el año del actuar cínico contra el aficionado: la selección Sub20 fue eliminada para participar en el mundial de la categoría; se perdió la posibilidad de que nuestro futbol participe en la Olimpiada de Paris 2024; se quedó fuera del Mundial de Clubes 2023. En las mujeres las cosas no están mejor: la selección no asistirá al Mundial Femenil, ni a las Olimpiadas.
Para concluir, en Catar 2022 se tuvo la peor participación en 44 años (“cachirules” y la “noche negra de Tegucigalpa” aparte) y los directivos “propusieron” una pausa de 60 días para ver que medidas se tomarán al respecto.
Salvo tu mejor opinión, creo que es momento de que el aficionado SANCIONE a los directivos indolentes en donde mas les duele: EN LA CARTERA.