
Ahora que la diputada federal María Clemente García, quien llegara por el partido MORENA a ocupar un curul en la Cámara de Diputados de este país, puso de moda el tema de la sexualidad, a través de lo que ya se sabe, quiero aprovechar para hablar de la violencia sexual, si, esa que afecta por igual a mujeres y niñas en México.
Y para ello, tengo que rescatar la definición de la ONU sobre la violencia sexual; es “cualquier acto sexual cometido en contra de la voluntad de otro individuo, ya sea porque la víctima no otorga el consentimiento o porque no puede ser otorgado por razones de edad, por alguna discapacidad o por algún estado de inconsciencia”.
En México las autoridades lo entienden como “delitos que atentan contra la libertad y la seguridad sexual de las personas”, estos incluyen abuso sexual; acoso, hostigamiento, violación simple y equiparada e incesto.
Y voy más allá, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) del 2015 a enero de este 2022, se registraron 328,724 delitos relacionados con violencia sexual. Pero esta problemática creció exponencialmente los últimos años. Del 2019 a enero pasado se han contabilizado el 54% del total de los casos (177,258).
Por ello, la ONU hizo un llamado a México para eliminar todas las formas de violencia sexual principalmente contra las mujeres y las niñas. En el comunicado de prensa, la ONU menciona como alarmante que aproximadamente 32.8% de las adolescentes de entre 15 y 17 años ha sufrido alguna forma de violencia sexual en el ámbito comunitario.
Con las cifras antes mencionada, como es posible que se trate de normalizar la pornografía y la prostitución, por un representante legislativo. Si bien, la misma diputada Federal María Clemente García de MORENA ha señalado que, es a lo que se dedica ¿Cuál es el mensaje que reciben entonces nuestros jóvenes que tienen el acceso libre a estas manifestaciones? ¿Qué la 4-Transformación, no tiene límites morales, esos solamente son de los fifís conservadores?
Sin duda alguna, es necesario reflexionar sobre cómo votamos y qué exigimos a nuestros representantes populares. Ya he reiterado en otras ocasiones la importancia de involucrarnos en la política, más allá de criticar todo aquello que no concuerda con nuestra manera de observar el mundo. No podemos seguir yendo a las urnas con la idea de que participamos en un concurso de popularidad o de cofradía: elegir al conocido o el que forma parte de nuestro partido. Es irresponsable y nos empuja lejos en esta deriva en la que estamos.
Hay que humanizar y ciudadanizar la política. Como humanos, los gobernantes serán tan falibles como cualquier otro, por ello tendrán que reforzarse los mecanismos estadísticos que les ayudarán a tomar decisiones. Necesitamos también de ciudadanos activos, que observen, analicen, exijan, cuestionen. Sin este binomio, seguiremos con gobiernos incapaces o inexpertos, superados por la realidad o desinteresados totalmente de ella. En ese marco, no importará por cuántas supuestas soluciones votemos, las cosas simplemente no van a cambiar.
Visita: www.lotenemosclaro.com