
Conforme pasan los días y escucho el ruido electoral subir de tono, en mi Ciudad, en el estado, miro como los argumentos se convierten en estridencia machacona, en exageraciones casi delirantes, gritos histéricos, o francas condescendencias, más rápido quisiera que pasara ya junio (o incluso, el sexenio). Los analistas, que parecían moderados e imparciales se revelan como meros propagandistas; los que decían defender la democracia se revelan como meros militantes de partidos que les otorgaban favores. Agotador y chocante, porque es más el ruido de los poderes fácticos, los medios, que los propios partidos y candidatos.
Cada quien tendrá preguntas específicas ante la promesa unánime de “cambio”, “compromiso”, “honestidad” o “bienestar”. Sin embargo, hay interrogantes generales que quienes aspiran a un cargo público en Quintana Roo, en Solidaridad, deberían plantearse y contestar.
¿Usted qué opina?
Los leo…