
La última semana de 2021 se dio cuenta de un pleito entre el gobernador de Hidalgo y el presidente del PRI; en el cual, el primero se dijo desplazado en la toma de decisiones por el segundo. El primero alegó que la decisión fue para perder y el segundo, replicó entreguismo a MORENA. El caso es que, una elección que pudo ser competida, se entrega al caos y al desorden previo a cualquier derrota electoral.
Si hacemos memoria caeremos en la cuenta que, precisamente Hidalgo -y Coahuila- le dieron la primera sopa de realidad al nuevo régimen en el 2019, ya que ganaron esas elecciones; aunque también la memoria nos ayuda para “reconocer” de que MORENA ya gobierna en Campeche, tierra natal del presidente del PRI.
Omar Fayad ha sido un operador político diligente que ha dado los resultados solicitados, sin mayores sobresaltos; Alito Moreno no puede presumir logros, aunque sí se le recuerda por “operar” la muy cuestionada “mesa de estatutos” en la Asamblea Nacional del PRI que retiró el requisito de militancia para ser candidato a presidente de la República que le abrió la puerta a José Antonio Meade y colocó al PRI en el tercer lugar en el 2018.
Puede tener la razón cualquiera de las partes en este diferendo, lo cierto es que, si no se ponen de acuerdo en lo básico, jamás lo pondrán hacer en lo complejo. Y eso reportará una gubernatura menos al PRI y un clavo mas a su ataúd.
Narrativa.
Desde hace años se discute y analiza el concepto: “percepción es realidad”, ya que, según esto, el efecto del mensaje político es lo importante, aunque solo se sostenga en el enfoque que se le dé a la narrativa de los hechos. En otras palabras, se apela al lado mas primitivo de la inteligencia.
Es evidente el deterioro que se está dando en las instituciones y gobiernos del país debido al retiro de los presupuestos suficientes para que cumplan con sus objetivos sociales. Nunca ha sido en aras de la austeridad o del saneamiento de la vida pública, los gastos desproporcionados y la corrupción ahí siguen, aunque se realicen en otros sectores o se lleven a cabo por otras personas.
Lo importante ha sido la NARRATIVA: que tal o cual institución es corrupta, quitémosle recursos y al paso de los días la podemos acusar de ineficiente y dispendiosa… que tal o cual funcionario era corrupto, impidámosle que tome la palabra y así podremos asumir y presumir que el que calla, otorga… si hay una prensa contestataria o que investigue hechos de la nueva clase política o del gobierno, afirmemos que es prensa vendida, que respira por la herida y se comporta de tal manera, por haber perdido sus privilegios.
Así se construye la realidad, a través de la narrativa. Todos los gobiernos han tenido las mismas herramientas, unos las han usado de manera mas eficiente que otros.