
Lo ocurrido este fin de semana en Quintana Roo, con la inscripción de varios aspirantes a la candidatura por la gubernatura al interior de MORENA. Nos distrajo de lo que nos aqueja en estos momentos en la zona norte del estado, lo que lleva a preguntar al escribiente ¿dónde quedaron los problemas de una economía que no crece y una inseguridad galopante? por supuesto que sigue ahí, siendo un daño irreversible para los ciudadanos.
Hoy, el tema en boga es sin duda, “el botín de los valientes” la sucesión gubernamental en Quintana Roo y si no es así, revise amable lector, las primeras planas de los medios en el estado y de la conversación pública. No sé cuántos artículos se han publicado sobre esta trama, ni tampoco cuantas horas o días, se irán a invertir para adular o denostar en torno a la figura de este o aquel, en las próximas semanas.
Pero, lo que el escribiente se atreve asegurar, es que la población, está atenta de esto que por momentos alcanza el carácter de una nueva tragicomedia mexicana y ahí seguimos, sin considerar que hay gente especializada en este tipo de estrategias mediáticas, donde veo al equipo técnico que dirigen los hoy inscritos en MORENA, enfocados en posicionar la imagen de sus jefes a como dé lugar, combinando las agendas, talentos, encuestas y el pulso público.
Pero del trabajo terrenal, muy poco se habla, si, de sus logros en la administración pública, en el Senado, de aquellos que se sienten con “derecho” de ser ellos”, quienes gobiernen por los próximos seis años Quintana Roo. Ahora bien, ¿es bueno para el futuro del estado, vivir bajo este tipo de estrategias comunicativas? ¿Acaso, es indispensable que sea un recurso permanente?
No, lo razonable es que no sea lo principal, lo conveniente es que una economía crezca conforme a sus necesidades, generando riqueza, que esta se redistribuya a través del empleo y las políticas públicas, igualmente, que la violencia criminal que la sufren todas las sociedades en mayor o menor grado, estén bajo control de las leyes y cuando sea necesario ejercer la llamada violencia legítima. Ambas cosas están lejos de alcanzarse en nuestro “bello y mágico” Quintana Roo.
Lo antes descrito, debería de ser, sin duda, el gran desafío para quienes estan como gobernantes en los municipios o representante del pueblo en un cargo de elección popular, en las “grandes ligas”. Porque, entre los que se han inscrito en MORENA a la candidatura por la gubernatura, más de alguno ha dejado de tener ese apoyo social, lo cual los ha llevado a navegar por las espesas aguas del golpeteo político que se traduce en “fuego amigo”. Dicho de otra manera, gobernar en democracia desgasta, sobre todo, cuando la incertidumbre económica y la inseguridad pública, no es un bien político para siempre.
Para finalizar, sin duda alguna, la política y la economía en momentos de crisis tienen siempre a la mano estrategias de control de daños. La más notable, es la que proporciona la comunicación política. Los recursos con que cuenta un gobierno para comunicar sus aciertos y evitar que los desaciertos se vuelvan un problema mayor y hoy, lo vemos en Quintana Roo.
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