
Sin lugar a dudas, la participación ciudadana es un derecho fundamental y una responsabilidad cívica que debe ser valorada y fomentada en todas las sociedades democráticas. Sin ella, la democracia puede convertirse en una mera formalidad y no en una forma efectiva de gobierno del pueblo.
De ahí que, no es de extrañar lo que sucede en municipios como Felipe Carrillo Puerto, donde el discurso oficial de la alcaldesa de esa demarcación municipal, dice hasta el cansancio que, el poder político de su gobierno se encuentra en manos de sus gobernados. Pero ¿el pueblo no está interesado en participar en la política? En gran medida se debe a la corrupción, la falta de transparencia y representatividad, factores que contribuyen a este desencanto por parte de la ciudadanía con la política y creen que sus voces no son escuchadas.
Queda claro que el problema con las democracias defectuosas, como la que se practica en Felipe Carrillo Puerto, es que, el clientelismo y el uso descarado de recursos públicos para ganar votos, altera esta solución democrática y legal. Si me equivoco, entonces seamos vigilantes, no solo espectadores del proceso electoral que ya se vive en Quintana Roo y en gran número de estados del país, para darnos cuenta a lo que me refiero.
Asimismo, el NO analizar, razonar o informarse sobre quien llega a tocar la puerta del votante en tiempos de campaña, es algo que de forma natural podemos dar por sentado. De modo que si se equivoca al percibir los resultados de su actuar en el ejercicio del gobernante o representante electo, ya como funcionario público, solo le queda su autocrítica o el señalamiento de que se equivocó.
En virtud que los votantes en su inmensa mayoría no emiten un voto razonado sino emocional, con una visión coyuntural o referente a hechos del pasado reciente, enmarcada por la propaganda en el proceso electoral a los intereses de los actores y partidos políticos participantes. En Quintana Roo se vive esta situación y me atrevo a decir en todo el país.
Por lo que, es VALIOSO que los ciudadanos entiendan que tienen el poder de cambiar esta situación, a través de la participación ciudadana, la cual, no es un acto aislado, es la forma en que pueden presionar a los políticos y a su vez que respondan a sus necesidades. Es la manera en que logran asegurarse de que las decisiones políticas se tomen por el bien de la mayoría, y no por el “bien” de unos pocos. Porque, sin duda alguna, la democracia es uno de los valores más importantes de nuestra sociedad.
Más ahora que, al menos en Quintan Roo, son varios los alcaldes quienes con un pobre desempeño en estos dos años de gobierno, se sientes con derecho a la reelección. Mientras que otros tienen que llevar a cuestas el lastre de sus antecesores.
Nos leemos en la próxima
@LOTECL777