
“Cuando el jilguero no puede cantar
Cuando el poeta es un peregrino
Cuando de nada nos sirve rezar
Caminante no hay camino
Se hace el camino al andar”
Tenía 10 años cuando escuché por primera vez esta reflexión del poeta Antonio Machado, oírla animada por la maravillosa voz flamenca de Serrat, significó en ese momento de mi desarrollo físico y mental una gran revelación, que me hizo entender con mucha facilidad el concepto del libre albedrío, así como la gran capacidad que tenemos los seres humanos para construir nuestro propio destino. A partir de esa noche a través de un programa musical dominguero, me convertí en Serratiana y…en caminante.
Es este mismo poema el que hoy impulsa esta columna “Mar de amores” porque para mí ser playense significa ser una persona del mar, alguien que ama la vida y su entorno, que decidió dejar la comodidad de su lugar de origen para invertir el poco o mucho capital que tenía antes de llegar aquí, para construir la vida que soñó. Se dice fácil, pero pocos se atreven a hacerlo, para eso se requiere valentía, decisión y mucho, mucho amor, ante todo para sí mismo y a este bello lugar.
A Solidaridad lo amamos porque así lo decidimos. Somos entonces una comunidad de caminantes. Cuando se levantan voces para decir que Playa del Carmen o Puerto Aventuras no tienen identidad, yo siempre alzo la mía diciendo ¿Quieren una identidad mejor, que la de ser un pueblo de valientes, de soñadores y de personas que amamos la vida ¡somos un pueblo de caminantes ¡ Eso es lo que nos identifica a todos los solidarenses. Las identidades más fuertes, no se construyen a partir del pasado, sino de proyectos y sueños. Cuando elegimos una pareja, por ejemplo y decidimos un compromiso de matrimonio, lo hacemos más por los proyectos en el futuro que por el tiempo que hemos pasado juntos o por similitudes culturales.
Soy una orgullosa solidarense por estas razones…pero cuando veo nuestro bello mar lleno de sargazo sin que hagamos nada al respecto, o cuando veo las páginas del internet chorreando de sangre por el incremento de violencia y todos nos quedamos solo a la expectativa, o cuando dejamos que nuestros gobernantes decidan sin nuestro consentimiento acciones que nos afectan, con nuestro consentimiento o solamente criticando en las redes , me pregunto , ¿dónde quedaron esos miles de valientes que decidieron dejar todo para cumplir sus sueños ¿ Cuándo volteamos atrás y lo comparamos con lo que estamos viviendo, qué sentimos? , pero aún más importante, ¿qué estamos haciendo? Y si ya sé que se contestarán muchos: es que los gobiernos corruptos, es que se roban nuestro dinero bla bla bla, pero lo hacen con nuestra complacencia y a veces como al rey desnudo del cuento, hasta les aplaudimos.
Hace poco leí una reflexión de uno de los ideólos más connotados de izquierda en México, me refiero a Adolfo Orive Bellinger, me llamó la atención porque a pesar de mantener su convicción, critica severamente las prácticas socialistas eso sin dejar de admirar a quienes las impulsaron, literalmente cometa esto: “la humanidad aprende más por sus fracasos que por sus éxitos. Ningún otro paradigma en la historia ha tenido tantas consecuencias, tan profundas, tan vastas y tan inmediatas como el marxista-leninista… Sin ellos nosotros no existiríamos y quizás cometeríamos (o cometeremos) faltas más graves. Con toda seguridad si ellos estuvieran aquí y ahora, realizarían prácticas teóricas y políticas muy superiores a cualquiera que nosotros hayamos intentado. Pero no están y nosotros sí. El deber, la responsabilidad son, por lo tanto, nuestros… Hemos dado modestamente algunos pasos `prácticos’ y `teóricos’ que, a priori, no es posible asegurar si son o no correctos”. (De un manuscrito de Adolfo Orive, circa 1980).
El pasado 28 de julio los solidarenses , cumplimos 28 años de edad, pronto seremos unos treintones, ya es hora de madurar ,de prender de los grandes errores que hemos cometido y que se observan en nuestro mar turbio que pierde día a día el color turquesa que a todos nos cautivó , en nuestros negocios cerrados por una pandemia pero también por las acciones de una delincuencia organizada que se enfrenta a una cada vez más desorganizada sociedad civil y ya mejor ni hablemos de los gobiernos , a una sociedad que tiene que dejar en el abandono a los hijos porque tienen que cubrir hasta dos jornadas con media paga a veces solo para comprar el teléfono de moda o en un sector empresarial que entiende el compromiso social como “lavar toallas cada tercer día”
Es hora de recordar que somos caminantes , que los caminos los abrimos nosotros, los peleamos nosotros , pero que la maleza ya los volvió a cerrar porque no los mantuvimos abiertos o no los chapeamos , pero también que tenemos que seguir abriendo más caminos , y que tenemos que jalar a mas caminantes porque no podemos solos , que debemos enseñar a nuestros hijos a que sean caminantes , porque es cierto Machado , “ el camino se hace al andar “ solo que lo único que no nos dijiste, es que para eso , hacen falta caminantes.