
En los últimos días, tanto los “mentideros políticos y foros que se desatan en las redes sociales” por parte de opinologos, escucho decir que “todo tiempo pasado fue mejor”, al igual que “una vez más, fueron engañados”, en referencia a las expectativas generadas con el nuevo gobierno municipal en Solidaridad. Dejando en claro con tales argumentos que añoran costumbres y circunstancias que han perdido y de las que tal parece, ya no pueden disfrutar en la actualidad.
Si bien, las viejas reglas del sistema político, permanecen vigentes en la actual administración municipal de Solidaridad, las cuales, se dejaron sentir con la conformación del cuerpo administrativo, con el “pagos de facturas políticas”, también se dio el paso a “la construcción de una propia identidad”, con la llegada de hombres y mujeres que le tienen amor a esta tierra y que se sabe estan haciendo su parte con lo que les dejo el gobierno local anterior.
Hoy, la historia de este joven municipio nos dice que fundamentalmente los grandes cambios se gestan desde la sociedad y requieren de la participación activa. No se puede seguir delegando la responsabilidad de la función pública únicamente en los políticos. Tampoco pensar en la ciudadanía, como un ente abstracto o remitirnos sólo a las organizaciones, pues la conformamos todos y es indispensable que los ciudadanos asuman la parte que les corresponde. Dicho de otra manera es tiempo de optar por NO destruir y, empezar a construir.
Si bien, es imposible alejarnos de esos apasionamientos políticos de quienes son los actores en la actualidad en este “juego de trono”, cabe preguntar ¿cuál es el papel que el ciudadano local quiere? ¿Comparsa, juez o verdugo? YA BASTA de quejarnos, debemos de ser más receptivos, informarnos, leer, escuchar, acciones simples que ayudan a dejar de “alabar o criticar a los que hoy, tienen la estafeta de gobernantes.
Lo cual, también me lleva a preguntar ¿qué tipo de sociedad somos en Playa del Carmen, que nos hace sentir parte de esta tierra, que nos identifica? hago la pregunta porque quienes hoy, se dicen playenses por tener 10,15 o 20 años de residencia, siguen en la mecánica de “cacha fallas”. En este sentido, me parece que una premisa para ejercer adecuadamente nuestra ciudadanía consiste en apoyar al gobierno y apostar para que tenga éxito, al mismo tiempo que debemos evaluar su desempeño, exigir cuentas, emitir una crítica razonada y -ante una oposición disminuida- fungir como necesario contrapeso.
Porque la doble moral con la que tomamos las cosas, según nos favorezca, ha jugado y jugara un rol determinante en lo que puede ser un futuro de extremismos, de distanciamiento entre grupos ciudadanos, de ataques innecesarios en las personas que defienden posturas políticas antes que luchar por mejores condiciones de vida y mayor igualdad en el municipio. Por último, una reflexión “EL POLÍTICO SIEMPRE VA A FALLAR Y ESTA COMPROBADO.
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