
Explicar la historia es tanto como descubrir las pasiones de los hombres, su genio, sus fuerzas operantes; y a esa seguridad de la providencia que suele llamársela su plan. Hegel
Hace 16 años a instancias del gobierno del presidente municipal Carlos Joaquín González, iniciamos en este bello municipio de Solidaridad un proyecto de seguridad ciudadana, del que fui parte del equipo coordinador, y que entonces bautizamos como “Familia segura” en su época un programa muy innovador porque introducía un enfoque ciudadano a la seguridad pública en un momento en que solo se trabaja esta materia de manera reactiva. Introducir un enfoque de seguridad ciudadana significaba reconocer a los ciudadanos como corresponsables tanto de los problemas de seguridad, más también de sus soluciones, significaba el empoderamiento de los ciudadanos y su protagonismo en un ejercicio democrático y democratizador de la participación de la sociedad civil. Única forma de superar la confrontación desigual entre el crimen organizado versus los estados desorganizados.
Significaba también abordar el asunto de la seguridad desde la perspectiva de las políticas públicas, de la planeación con base en necesidades propias de nuestro municipio y no de las ocurrencias. Significa el entendimiento pleno del comportamiento de nuestro pueblo, en específico el pueblo solidarense y de la manera en que se relacionan sus habitantes. Significaba ni más ni menos que un gran trabajo de investigación para entender quiénes somos y por qué nos comportamos como lo hacemos. A partir de estas ideas centrales, diseñamos un modelo de gestión ciudadana y convenimos en formar comités de participación ciudadana en materia de seguridad pública en cada colonia. Mi solicitud al presidente municipal y Secretario General de quienes dependería esta estructura fue que estos comités no se integran con los tradicionales líderes políticos de colonia, sino que se incorporaran ciudadanos verdaderamente interesados en la materia…y así se hizo. Se emitieron convocatorias públicas casa por casa y logramos integrar comités ciudadanos, sin intereses partidarios y sin que importara tampoco su filiación política. Lo primero que hicimos fue presentar en eventos públicos colonia por colonia a las autoridades policiacas a los ciudadanos y en particular al encargado de la vigilancia de su colonia, con la primera tarea de ponernos a platicar y conocernos. ¡Así de sencillo!
Cada mes se agendaba una reunión de trabajo con cada Comité así como actividades de capacitación en materia de seguridad con grupos de colonos, Se organizaron también reuniones con especialistas en la materia, con otros poderes y órdenes de gobierno , de tal manera que también ellos escucharan el sentir ciudadano y lo más importante, toda esta información generada en la base de nuestro pueblo, se sistematizaba día a día para convertirlas en políticas públicas que se traducían en capacitación a policías, infraestructura urbana, platicas de prevención o cambio de estructuras administrativas. Basta decir que, a partir de estos trabajos, modificamos el Reglamento de Seguridad Pública de la administración pública de Solidaridad, no a partir de un copy paste de la normatividad federal, o su mera homologación, sino como debe realizarse toda norma, a partir las necesidades de su sociedad. En este reglamento de avanzada, introdujimos por primera vez una Dirección de Planeación en la estructura de la Dirección General de Seguridad Pública, así como el primer reglamento de uso de fuerza en todo el país. Esto es, los comités eran mucho más que meras reuniones de trabajo o capacitación, para convertirse en el foco donde emanaban las necesidades de seguridad
Las ciudades son creaciones humanas, espacios de encuentros y desencuentros entre sus habitantes, escenarios donde se presentan relaciones conflictivas que pueden manifestarse – aunque no necesariamente- de manera violenta. La ciudad, antes que ser causa de los problemas, puede aportar para encontrarles soluciones, convertirse en una escuela de respeto a las libertades y de formación democrática, así como el mejor ambiente para enfrentar los desafíos de la pobreza, las desigualdades sociales, y los riesgos provenientes de la naturaleza.
Es importante reconocer la naturaleza compleja y multidimensional de la violencia; su omnipresencia y ubicuidad; su capacidad de desdoblarse y transformase en otras violencias distintas. Que la violencia es un comportamiento que puede originarse en los propios hogares, primer sitio de aprendizaje de este tipo de conductas. Del reconocimiento de esta realidad se deriva la necesidad de diseñar políticas públicas que enfrenten el problema de manera integrada e integral, la única manera de lograr disminuir sus efectos nocivos sobre la paz y tranquilidad de la comunidad.
La inseguridad es un tema político por excelencia, provoca fuertes demandas desde la ciudadanía, muchas veces intencionalmente amplificadas con fines electorales. Por esta razón, es necesario alcanzar un acuerdo local entre los partidos y movimientos políticos además de la ciudadanía, para evitar caer en prácticas de populismo punitivo explotando el miedo y la ansiedad que provocan la violencia e inseguridad, en beneficio de protagonismo personal. Puede ser fácil, pero es tremendamente peligroso alimentar la ilusión de que la lucha contra la ilegalidad se puede ganar sólo incrementando la presencia de militares y policías en los espacios públicos, aumentando las penas y llenando las cárceles con delincuentes.
La seguridad ciudadana exige políticas públicas integrales y multidimensionales. Debe integrar a todas las funciones del Estado, todos los niveles de gobierno y a la ciudadanía, para hacer frente a la pluralidad de riesgos, con respuestas oportunas, eficientes, eficaces y económicas. Para enfrentar amenazas globales como las del crimen organizado, los Estados requieren integrar sus esfuerzos en planes y programas de seguridad cooperativa, al interior de la estructura municipal, la seguridad debe tener un enfoque transversal, mas también coordinación con otros municipios y por nuestra naturaleza turística también cooperación con los ámbitos, regional, continental y mundial. Es muy importante introducir enfoques de seguridad turística en nuestro municipio, por ejemplo, más allá de la mera policía turística.
Recuerdo esto, solo para insistir , finalmente, en la necesidad de retomar el camino y convertir a la seguridad ciudadana en una política de nuestro municipio , diseñada con visión estratégica, con objetivos claros, e indicadores concretos y medibles con escenarios y recorridos estratégicos que, por lo mismo, se sostenga, en lo medular, en el tiempo, con los aportes de cada uno de los gobiernos, en sus ejercicios temporales , que también sean del conocimiento de la ciudadanía para que sea aliada del gobierno en sus consecución y no solo el látigo de su deprecio . Que los ciudadanos entiendan que la inseguridad no se creó de la noche a la mañana, que todos fuimos responsables de ello y que para abatirla no hay soluciones mágicas, que significará un proceso en el que necesariamente tendrán que ser responsables si quieren en verdad un mejor futuro para sus familias.