
Sin lugar a dudas, el doble discurso que hoy podemos escuchar por parte de los que dicen estar a favor del respeto hacia un marco de estricto derecho, normativo, que regule una actividad económica aun no reconocida por la ley, o sea ilegal y que por otro lado ese mismo argumento, no aplique para todos, Uber y mototaxis.
Han logrado despertar de lo que adolecía esta ciudadanía, la democracia participativa, la cual después de lo ocurrido en los últimos días en torno al conflicto entre taxistas y Uber, empieza a ser una realidad en Quintana Roo.
La ciudadanía, está dando muestra de que, cuando dejan de creer en su gobierno, o más bien se cansan de los discursos utópicos empiezan a tomar la solución por su propia mano, y eso, para algunos personajes de esta nueva administración pública ya sean funcionarios o legisladores, con aspiraciones políticas, déjenme decirles que ya no podrán ni sorprender ni engañar con diatriba a la gente. Quien no se identifique, en la actualidad abrazando las causas populares de manera legítima, sin ningún disfraz de redentor y desde luego poniendo por delante el interés colectivo del ciudadano de a pie y no el interés particular, entonces, solo así, podrán decir con la frente en alto, primero el pueblo…Al tiempo.