“𝐋𝐨𝐬 𝐚𝐫𝐫𝐞𝐩𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐨́𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐞𝐦𝐢𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚 𝐒𝐨𝐥𝐢𝐝𝐚𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝”

El escenario político en Solidaridad está siendo moldeado por una serie de movimientos estratégicos que buscan consolidar el poder de la administración entrante. En este contexto, emergen dos tipos de actores clave: 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐫𝐫𝐞𝐩𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐨́𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐞𝐬. Ambos parecen estar asegurando posiciones privilegiadas en el nuevo gobierno, lo que revela mucho sobre la política de recompensas y castigos que rige la dinámica local.

𝐋𝐨𝐬 𝐀𝐫𝐫𝐞𝐩𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬

En toda transición de poder, es común observar cómo algunos actores que antes criticaban o se oponían a la nueva fuerza política hacen un cambio repentino de postura. Son los “𝐚𝐫𝐫𝐞𝐩𝐞𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬”, aquellos que, por diversas razones—ya sea presión política, conveniencia personal o necesidad de supervivencia—han decidido abandonar sus antiguas lealtades y alinearse con la administración entrante.

En el caso de Solidaridad, estos actores pueden ser ex-funcionarios, empresarios o líderes de opinión que, en su momento, cuestionaron las políticas o la capacidad de Estefanía Mercado y su equipo. Sin embargo, al advertir su inminente ascenso, tuvieron que recalcular su posición, ofreciendo su apoyo. El premio para ellos varía: desde contratos gubernamentales, cargos en la administración pública o simplemente la promesa de no quedarse fuera del circuito de poder.

Por ejemplo, hoy vemos a 𝐁𝐚́𝐫𝐛𝐚𝐫𝐚 𝐃𝐞𝐥𝐠𝐚𝐝𝐨 𝐔𝐜, ex-regidora municipal (2018-2021), como la coordinadora de las mesas de trabajo y esfuerzos para la construcción de políticas públicas enfocadas en las mujeres de Solidaridad. 𝐌𝐢𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐃𝐢́𝐚𝐳 𝐀𝐠𝐮𝐢𝐥𝐚𝐫, quien estuvo al frente del DIF en ese mismo trienio, está bajo investigación por presuntas irregularidades durante su gestión y parece estar a la espera de ser nombrada oficialmente en algún puesto. 𝐌𝐚𝐫𝐜 𝐏𝐮𝐣𝐨𝐥, presidente de Coparmex Riviera Maya, es otro caso de esta dinámica.

De ahí surge la pregunta clave: ¿𝐒𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐠𝐞𝐧𝐮𝐢𝐧𝐨 𝐨 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐝𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐬𝐭𝐚? Los arrepentidos pueden ser necesarios para estabilizar un nuevo gobierno, pero también representan un riesgo ¿Hasta qué punto se puede confiar en quienes cambian de lealtad cuando el viento político sopla en otra dirección?

𝐋𝐨𝐬 𝐂𝐨́𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐞𝐬

Por otro lado, están los cómplices. Este grupo ha sido parte del engranaje que facilitó el ascenso de la administración entrante. Ya sea a través de alianzas políticas, maniobras estratégicas o incluso apoyos financieros, han jugado un papel activo en asegurar el éxito de Estefanía Mercado y su equipo. Son leales porque ven un beneficio directo en la continuidad de su relación con el poder. Para ellos, el premio es claro: influencia en las decisiones clave del gobierno, acceso a información privilegiada y, en algunos casos, posiciones importantes desde donde pueden seguir manejando los hilos. Estos actores entienden que su poderío no proviene de la popularidad pública, sino de su habilidad para moverse tras bambalinas.

𝐌𝐚𝐮𝐫𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐆𝐨́𝐧𝐠𝐨𝐫𝐚 ex-candidato a la gubernatura, 𝐀𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐅𝐚𝐫𝐟𝐚́𝐧, coordinador de las mesas de trabajo de la administración municipal entrante y posiblemente futuro titular del Instituto de Vivienda de Solidaridad, son ejemplos evidentes. 𝐋𝐮𝐢𝐬 𝐇𝐞𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚, líder de los taxistas de Playa del Carmen, tiene un pie en la Secretaría General de la comuna local. Asimismo, figuran 𝐌𝐚𝐫𝐭𝐢́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐂𝐫𝐮𝐳, Secretario estatal de la CROC y 𝐎𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐌𝐮𝐧̃𝐨𝐳, regidor en la próxima planilla. Sin embargo, ser un cómplice también conlleva ciertos riesgos. Los acuerdos y pactos en política suelen ser frágiles, y cuando las prioridades del nuevo gobierno cambien o si surgen nuevas figuras que reclamen su espacio, los cómplices podrían quedar desplazados o, en el peor de los casos, ser responsabilizados por errores de la administración.

¡𝐔𝐧 𝐆𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐦𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐬!

Este panorama nos lleva a reflexionar sobre cómo el gobierno que llega a Solidaridad está consolidando su base de poder mediante un sistema de recompensas. No es una estrategia nueva, pero es interesante ver cómo se adapta a los tiempos modernos. La pregunta de fondo es: ¿𝐜𝐨́𝐦𝐨 𝐚𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚𝐫𝐚́ 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐚 𝐥𝐚 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐲 𝐚 𝐬𝐮𝐬 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝𝐚𝐧𝐨𝐬? En resumen, el reto para la administración será equilibrar estas lealtades y asegurarse de que el gobierno no termine secuestrado por intereses personales o de grupo. ¿Podrá Estefanía Mercado mantenerse por encima de esta dinámica o caerá en la misma lógica que ha caracterizado a otros gobiernos? El tiempo lo dirá, pero por ahora, los arrepentidos y los cómplices ya tienen su premio.

𝐃𝐞 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐢𝐭𝐚:

Más de uno está rumiando porque no le tocó”𝐡𝐮𝐞𝐬𝐨” en áreas como la Secretaría de Servicios Públicos, donde llega 𝐉𝐮𝐥𝐢𝐞𝐭𝐚 𝐌𝐚𝐫𝐭𝐢́𝐧 𝐀𝐳𝐮𝐞𝐭𝐚, hermana del ex-presidente municipal 𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐑𝐚𝐦𝐨́𝐧 𝐌𝐚𝐫𝐭𝐢́𝐧, y Protección Civil, que estaría en manos de 𝐃𝐚𝐫𝐰𝐢𝐧 𝐌𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐯𝐚𝐫𝐫𝐮𝐛𝐢𝐚𝐬, quien ocupó el mismo puesto durante el gobierno de 𝐋𝐚𝐮𝐫𝐚 𝐁𝐞𝐫𝐢𝐬𝐭𝐚𝐢𝐧.

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