Con el pasar de los años en Quintana Roo y por supuesto en este país, el gran defecto de la clase política llego para quedarse; “no ven el servicio público como un medio para trabajar por el bienestar de la sociedad, sino para ganar cargos y vivir del erario el mayor tiempo posible”. Lo antes mencionado no es nuevo, al igual que el chapulineo.
“El oportunismo, la clave”
Sin duda para que exista el chapulineo, cuya definición en el ideario político nacional, no es otro asunto que, ambición política con pocos principios y con menos ética, tiene en el oportunismo, la clave. Que no se malinterprete: es válido cambiar de ideología y de partido político. Dejar de coincidir con una u otra organización y rescindir la afiliación a alguna no es chapulineo de ningún tipo. Pero, emigrar de bando una, dos o las veces que sean necesarias, traicionar su propio génesis o las ideologías de las organizaciones a las que han pertenecido si no favorecen a sus aspiraciones individuales, es ser chapulín políticos.
Un claro ejemplo de lo descrito líneas arriba, sucede en Solidaridad con la designación de “las figuras” que estarán al frente de la casi segura alianza de Morena-Verde y PT. PERSONAJES OSCUROS, entre ellos Omar Sánchez Cuti, quien fue un Síndico “chueco” (falsificó sus documentos de residencia y vecindad en este municipio) en la administración que encabezara Laura Beristain del 2018 al 2021. Hoy, busca ser candidato a una diputación por la marca MORENA, siendo su único mérito la cercanía con personajes como Mario Delgado y nada más.
“Votar al vacío, un riesgo para la democracia”
De ahí que cabe preguntar ¿Dónde quedó la ciudadanía priista o panista que le dieron su voto a estos nuevos miembros de la 4T? se da cuenta amable lector que “pierde significado el voto ciudadano porque si se van a mover hacia donde está el poder, no tiene ningún chiste manifestar sus preferencias electorales y Quintana Roo no es la excepcion”.
Estado, donde ha quedado en evidencia que los intereses individuales de quienes buscan representarlo a usted amable lector en algún puesto de elección popular, después del 2 de junio del 2024, superan por mucho el compromiso que deberían tener con sus cargos. La incontrolable ambición de la clase política y su desprolijo actuar están cavando cada vez más la tumba de nuestra democracia.
Ojalá que próximamente los cambios de ideologías, de partidos o de alianzas se realicen con la dignidad con la que debe conducirse la clase política, es lo mínimo que merecemos de aquellos que nos representan. Porque sin duda alguna el “chapulineo” político, es una vieja forma de realizar política que se adapta a los tiempos, de ahí que cabe resaltar la dinámica impartida a nivel nacional por Dante Delgado (MC), al resistirse a recibir a quienes se inconforman y amenazan con renunciar a su partido, como le ocurrió a Marcelo Ebrard ex canciller.
Para finalizar, quizás ese rechazo sutil, aunque solo sea notorio en las figuras políticas más visibles, sirva en Quintana Roo y sobre todo en Solidaridad, para empezar a desincentivar los chantajes, las conveniencias y los acuerdos bajo la mesa que hacen los chapulines para obtener un puesto.
Nos leemos en la próxima
@LOTECL777