Se dice que en política la percepción es igual o más primordial que la realidad. Por eso, en los medios digitales y redes sociales, vemos como diariamente la apuesta de algunos partidos, políticos y candidatos es a la desinformación, con el uso de encuestas ficticias, noticias falsas o fake news, cuentas fraudulentas (bots) y páginas apócrifas para alterar la apreciación de ciertos temas, manipularlos y usarlos a su favor.
¡¡¡CAMPAÑAS NEGRAS CON DEDICATORIA!!!
Los que vivimos en algunos de los municipios de Quintana Roo, en la actualidad estamos viendo de nueva cuenta, como ocurre a la vísperas de los tiempos electoreros, el surgimiento de esas páginas apócrifas, las cuales con publicidad pagada, vaya usted a saber por quienes, satanizan a quien se les ordene, un ejemplo inmediato es la “campaña” hacia Lili Campos, presidenta municipal de Solidaridad. No es que pretenda rasgarme las vestiduras, a fin de cuentas a todos nos queda claro que en época de elecciones lo que prevalece por encima de las propuestas, es la capacidad de satanizar a su oponente; sin embargo este tipo de cosas nos hace percibir abiertamente que, desafortunadamente la elección del 2024, convertirá a las redes sociales en un escaparate para una tremenda guerra de lodo.
Por lo cual, no es una sorpresa que toda la atención la tiene la presidenta municipal de Solidaridad, el objetivo es claro; provocar la destrucción o por lo menos, descarrilar su gobierno y crear un daño profundo a su reputación. Sin embargo, hasta hoy la efectividad de las CAMPAÑAS NEGRAS no es la que muchos creen y sí, por el contrario, se han convertido en uno de los espectáculos más deplorables de la comunicación política.
“ESPECTÁCULO DEPLORABLE”
Lo que muchos de sus autores que están incrustados en el gobierno municipal local, no se dan cuenta, es que las campañas negras suelen provocar enojo y desconfianza en un alto porcentaje de la población. La mayoría de los estudios de opinión que se han realizado para conocer sus efectos así lo demuestran. Dañan la confianza ciudadana en la política y en los partidos. Asimismo, alejan a buena parte del electorado de las urnas.
A partir de este razonamiento, la pregunta que surge es ¿Por qué se les sigue dando un espacio trascendental en algunas estrategias de comunicación política? ¿Acaso no se han dado cuenta sus promotores que, además, se les pueden revertir? De lo que no hay duda es que, quienes las utilizan solo demuestran su falta de ética y profesionalismo en el diseño y operación de una estrategia.
Es una realidad que en el actual ecosistema de comunicación, las “campañas negras” se han puesto de moda. El anonimato, el conflicto y la capacidad que tienen algunos de sus promotores, de viralizar con rapidez ciertos temas, facilitan su difusión. Además, cada día crece la cantidad de información que tiene el potencial de escalar a los medios de comunicación masiva. De ahí que, este tipo de acciones se llevan a cabo porque funcionan para los intereses de quienes orquestan estos esfuerzos por desinformar, confundir, manipular y reorientar la conversación en el marco de las campañas.
Ya lo decía Goebbels, el máximo publicista del nazismo, un mentira repetida mil veces se convierte en realidad o lo que algún político Mexicano dijera en alguna ocasión, “tu difama, que al fin y al cabo algo queda”. Lo malo, es que con la llegada de las benditas redes sociales, en las que cualquier ciudadano puede dirigir su mensaje, sea positivo o negativo, a miles de personas sin necesidad de emplear los tradicionales medios de comunicación, hay quienes han decidido utilizar a las redes como plataforma para lanzar toda clase de engaños y mentiras.
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@LOTECL777