Hablemos sobre la necesidad de tener ciudadanos activos, que observen, analicen, exijan y cuistionen a sus gobernantes.
Luego de las declaraciones hecha por el jefe del despacho de la gobernadora-Artemio Santos , días atrás, quien reconocía que, pasados los siete meses de la actual administración estatal, apenas “le estaban agarrando los cuernos al toro”. Asimismo, indicaba qué, hacía falta ser más efectivos en la comunicación, me lleva, a preguntar ¿En verdad el problema de Quintana Roo es la comunicación? No lo creo y le explico porque, amable lector.
Pensemos positivamente y supongamos que aquellas mujeres y hombres que hoy ocupan un cargo en las principales secretarías del gobierno del estado, tienen las mejores intenciones (no olvidemos que fue la gobernadora, quien dijo que se había seleccionado a los mejores en su primer discurso oficial) ¿cuántos de ellos cuentan la capacidad real? Tal parece que se vuelve a repetir la misma historia de cada sexenio, se enfrentan con algo más grande y que siempre los sobrepasa: la realidad.
Sí, esa realidad con cada nuevo gobierno, darle un “reset” y se tiene que empezar de cero. En algunos casos, el hecho de querer borrar de un plumazo todo lo que hizo la administración anterior es decisión de quién gobierna. En otros, los recientes gobiernos se enfrentan con cifras maquilladas o datos faltantes que implican la realización de nuevos diagnósticos (con cargo al erario) para conocer la magnitud de los problemas que se habrá de enfrentar, y el cambio de rumbo total parece la única salida posible.
Por lo cual, la declaración hecha por Artemio Santos, jefe del despacho de la gobernadora, raya en lo ridículo e infantil, porque en estos siete meses, cada quien está haciendo lo que puede, de la forma que cree que es, sin tener la supervisión de nadie, al interior de la administración estatal.
Quintana Roo, no estaba ni está en posición de realizar experimentos en su administración pública, el reconocer que estarán diseñando un sistema moderno para vigilarlos y medir su eficiencia o productividad es ridículo; el verdadero problema que tiene el gabinete estatal es que todos se sienten candidatos de algo y en consecuencia actúan, les importa muy poco la agenda de gobierno, si es que hay una definida. En ese tenor retomo el calificativo que le diera un colega de la pluma a los funcionarios actuales “el gatopardismo, inventar cambios, para que nada cambie”.
Si bien, la gobernadora está en lo suyo, desahogando una agenda personal de contacto directo con la gente y más ahora con la del sur, la cual es una estrategia que la hace más cercana y desde luego es lo que mejor sabe realizar, pero sola, por que el resto del gabinete, está en campaña.
Para finalizar, a usted que me lee, lo invito a reflexionar sobre cómo elegimos y que exigimos a nuestros gobernantes. Ya he reiterado en otras ocasiones la importancia de involucrarnos en la política, más allá de criticar todo aquello que no concuerda con nuestra manera de observar el mundo. No podemos seguir yendo a las urnas con la idea de que votamos en un concurso de popularidad o de cofradía: votar por el conocido o el que forma parte de nuestro partido. Es irresponsable y nos empuja más lejos en esta deriva en la que estamos en Quintana Roo.
NOS LEEMOS EN LA PRÓXIMA…
@LOTECL777