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Sin lugar a dudas, cada proceso electoral es una oportunidad de renovar a las autoridades y reordenar las prioridades de los municipios y estados en este país. Pero el desencanto ciudadano es más recurrente.
En el Quintana Roo actual, el resultado es que los diferentes sectores de la sociedad, perdieron de a poco la confianza necesaria en torno al desempeño de sus gobernantes. Por lo cual, me atrevo a decir que aquellos que “suspiran por abanderar” una coalición o partido político, bien harían en apostarle a un mayor entendimiento con la ciudadanía y no a la corta memoria ciudadana, porque de promesas, el ciudadano de a pie, está harto.
¿Usted qué opina?
Los leo…